El proceso consiste en bajar la temperatura del alimento de una manera rápida, produciéndose microcristales y evitando la ruptura de la pared celular del producto. De este modo, cuando se reconstituye la papa a temperatura normal conserva su sabor, color y textura original... El supercongelarlo hace que el producto tenga una calidad superior, evitando la utilización de conservantes y obteniendo una larga vida útil.